No desistas

Nunca vamos a ser capaces de predecir cuándo conseguiremos alcanzar los objetivos, metas, que nos ponemos, pero quizás cada vez soy más consciente de que, más importante que eso, es saber que cada día suma, que cada reto te hace crecer independientemente del resultado que consigas, y que como bien dice mi amigo Álvaro, no existen los atajos.

 

Uno va siendo consciente, como me dijo Óscar en una de nuestras grandes conversaciones, de que crecer no es que ocurran los acontecimientos que tú aparentemente deseas, sino que la vida es tan sabia que nos hace crecer sin seguir un guión, sin hacernos saber cómo. Por eso precisamente, es importante valorar los instantes que vivimos cada día de nuestra vida, porque lo que es cierto es que desconoces la trascendencia de cada uno de tus actos, de la actitud que adoptes para cada uno de tus reto.

 

Por este motivo, es mucho más importante que te encuentres en los contextos adecuados, tengas conversaciones con las personas idóneas, y adoptes una actitud de trabajo diario, de insistir, perseverancia, con tranquilidad y paciencia, pero nunca sin bajar los brazos. Aún cuando los resultados que se obtengan no sean probablemente los que esperabas, sí es cierto que quizás son los que tocaban en ese momento, y era lo adecuado para tu crecimiento.

 

No sé hasta qué punto influyó en mis jugadores durante esta temporada, pero el mensaje que les transmitía era precisamente ese, de tranquilidad  y paciencia al margen del transcurso que tuviese el partido. Un mensaje que se basaba en 2 aspectos sencillos: Actitud y valentía. Actitud para mantener nuestro listón lo más arriba posible, independientemente de las circunstancias que se den en cada momento del partido; y Valentía para atrevernos con todo, jugando con un estilo propio, con personalidad, con confianza, y atrevimiento.

 

Y quizás, probablemente, de eso trate la vida. Actitud para mantener nuestro listón lo más arriba posible, no sólo en lo que a rendimiento se refiere, voy más allá, a ganas de vivir, de experimentar, de aprender, de querer conocer, de mostrar tu mejor versión cada segundo de tu vida. Y valentía, para atreverte a confiar en ti aún cuando la situación sea límite, a tomar decisiones, atreverte a arriesgar y a ser cauto cuando la situación lo requiera, una valentía que lleve a tener una personalidad fuerte y consolidada, que te recuerde que siempre hay que apostar fuerte por ti. Al final todo se reduce a una cuestión de actitud, porque como bien dice Winston Churchill, ‘’Un optimista ve la oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.’’

 

A continuación, comparto contigo el relato de El bambú japonés, esperando que te haga reflexionar tanto como a mí:

 

‘’No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: Crece maldita seas¡.

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes. Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú crece…!más de 30 metros¡

¿Tarda sólo seis semanas en crecer?

¡No¡ La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.

En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente el resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés. Y no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado esperado, ya que sí está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.

No nos demos por vencidos, vayamos gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que nos permitirán sostener el éxito cuando éste, al fin, se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso  que exige cambios, acción, y formidables dotes de paciencia. ‘’

 

No puedo despedirme sin acordarme de Luis Salom; descanse en paz y mi más sincero sentimiento de fuerza y apoyo para todas las personas cercanas a él. Les acompaño en el sentimiento.

 

Que tengan una muy buena semana, un abrazo muy fuerte.

 

‘’Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra.’’

George Bernard Shaw

 

‘’El hombre sabio crea más oportunidades que las que encuentra.’’

Francis Bacon

 

‘’Tú eres el motivo de casi todo lo que te sucede.’’

 

Niki Lauda

leganés a primera

Alan Walker-Sing Me To Sleep

Un comentario

  1. fran21hawtin · junio 5, 2016

    Excelente artículo. Firmo debajo de cada palabra.

    La vida es el fútbol.

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