Predicar con el ejemplo

Siempre digo que nosotros, los entrenadores, aprendemos tanto o más de nuestros jugadores que ellos de nosotros, porque o bien nos regalan de lecciones con esa espontaneidad tan suya o nos hacen reflexionar acerca de aspectos que siempre hemos leído, escuchado, e incluso en este caso aspecto que creo en él, siendo básico cuando pretendes liderar (que no mandar) en un equipo de fútbol. Me estoy refiriendo a ejercer de modelo, a liderar con hechos, o como se suele decir, predicar con el ejemplo.

Nos encontrábamos en el cambio de un ejercicio a otro el pasado jueves, cuando uno de mis jugadores dijo esto: »Vosotros, los entrenadores, siempre decís que tenemos que coger una buena forma física, lo repetís de manera constante, pero luego algunos no lo lleváis a cabo con vosotros mismos»; a lo que yo le pregunté: Y nosotros, ¿estamos en forma o no? »Claro que sí, y nos gusta que así sea.» Cuando además esta reflexión resulta que la hace un jugador de la etapa de alevines, tiene más transcendencia si cabe.

Transcendencia porque reafirma con más fuerza aún que somos, para ellos, su modelo a seguir y eso es una realidad que no se nos debe olvidar nunca. ¿Por qué? La razón es sencilla, y se encuentra en la congruencia entre lo que digo, y lo que hago. Este sencillo acto da a nuestra forma de ser, actuar, a nuestro liderazgo, credibilidad a la vez que soy consecuente, lo que me lleva a ser predecible. Estos tres elementos, tener credibilidad, ser consecuente, y predecible, generan un entorno de confianza que facilita la predisposición del jugador a querer aprender, a escucharte, observarte, y analizarte; para terminar siguiéndote.

¿Cómo le voy a pedir a mi jugador que esté en forma, si mi aspecto está lejos de considerarse saludable? ¿Cómo pedirle que tengan un comportamiento ejemplar en el terreno de juego, si a mí me expulsan a menudo en los partidos por montar espectáculos lamentables? ¿De qué manera le pido que crea en sí mismo, si yo no creo en mí, cuanto más en él? ¿Cómo transmitirle tranquilidad, si yo no sé ser paciente? ¿De qué sirve decirles que hay que leer, que se debe seguir aprendiendo, si yo no toco un libro en meses?

Recuerden el último anuncio de Fontvella, en el que el niño sale cantando en la ducha de los vestuarios cantando a pleno pulmón la misma canción que escucha cantar a su madre en la ducha del baño de su casa. Enseñamos más con nuestros actos, que con los mensajes que pretendemos transmitir día tras día. De modo que, si queremos un equipo de trabajo, un equipo de fútbol o del deporte que sea, modélico y ejemplar; empecemos siéndolo nosotros, y sólo así podremos exigir.

Como bien dice Gilbert Enoka, »El hecho de que sea de sentido común no significa que sea una práctica común.» 

Leaders are teachers. 

»Todos tenemos un propósito en la vida, un don singular o un talento especial que podemos dar a los demás.»

Deepak Chopra.

»No podrás encontrar ninguna pasión si te conformas con una vida que es menos de la que eres capaz de vivir.»

Nelson Mandela.

Adjunto al post el documental Informe Robinson: El Milagro de Carolina Marín, espero que les resulte interesante, hay mucha información valiosa que se puede extraer del mismo:

 

Que tengan una muy buena semana, un fuerte abrazo, y recordad, el camino se hace al andar, de modo que no te pares.

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