Buscando la magia

«Hay algo que  a veces ocurre en remo que es difícil de conseguir y de definir. Muchos equipos, incluso equipos ganadores, nunca lo acaban de encontrar. Otros lo encuentran, pero no consiguen mantenerlo. Se llama «swing». Solo ocurre cuando los ocho remeros reman tan a la par que todo lo que hace cada uno está sincronizado con lo que hacen los demás. No se trata solo que los remos entren y salgan del agua justo en el mismo tiempo. A un tiempo, 16 brazos tienen que ponerse a tirar, 16 rodillas tienen que empezar a doblarse y estirarse, ocho cuerpos tienen que que empezar a deslizarse hacia delante y hacia atrás, y ocho espaldas tienen que doblarse y enderezarse. Cada mínima acción- cada sutil giro de muñeca- debe tener su reflejo exacto en todos los remeros, de un extremo del bote al otro. Solo entonces el bote seguirá avanzando sin obstáculos, fluida y elegantemente entre palada y palada. Solo entonces dará la sensación de que el bote forma parte de cada uno de ellos y de que se mueve por su cuenta. Solo entonces el dolor cede a la euforia. Remar se convierte entonces en una especie de lenguaje perfecto. Poesía: esa es la sensación que da un buen swing.» (Daniel James Brown)

Porque probablemente, ahí esté una de las cuestiones que deberíamos plantearnos: cómo alcanzar ese lenguaje perfecto, esa sintonía, esa sensación de swing, primero en nosotros; y posteriormente con cada una de las personas que con quienes compartimos nuestro tiempo.

Tendemos a creer que la vida ideal está en otro contexto, en otra situación, con otros condicionantes, con otras características; pero creo que el secreto está en encontrar la vida ideal en nuestra vida real. El gran enigma es cómo logramos estar en ese estado de swing, sin tener que marcharnos a otro lugar para luego tener la sensación de «volver»; algo que es tremendamente relativo porque…¿hacia dónde fuimos?¿a dónde volvemos?¿acaso no es la misma persona?¿entonces cambio yo o las circunstancias?¿qué necesito para sentir, en mi día a día, pura magia, conexiones bestiales que me emocionen por lo que vivo? Probablemente, como decía un buen amigo en Semana Santa, no sea cuestión de tiempo ni de contexto, sino de ilusión.

Es la ilusión la que cambia nuestro grado de percepción ante todo lo que tenemos, ante todo lo que nos rodea, y ante cada momento que vivimos. Quizás el secreto no esté en vivir aquí o allí, en trabajar aquí o allí, en definitiva no depender de nada de lo que venga de fuera; sino más bien en que nunca nos deje de asombrar lo cotidiano, lo mundano, lo sencillo, lo que nos sucede cada día que no es, ni más ni menos, que la vida misma. Como diría muy bien Óscar Wilde: «Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.» ¿Que triste, no?¿Simplemente existir? ¿Y nuestra ilusión por vivir, dónde quedó? Si la perdimos, ¿en qué momento y por qué?

Como le decía ayer a una persona muy especial en mi vida: «Sigo creyendo que la magia, esa sensación de que todo se para, de que el corazón se te gira por completo por la emoción que sientes, está en nuestra capacidad para dar el significado que merece a ese momento; está en nosotros. Está en saber apreciar la mirada de quien te quiere, que con esos ojos que brillan con una luz increíble te dice que te quiere; está en saber apreciar de manera auténtica, y verdadera, cómo llega lo que dices o haces a quien tienes enfrente.» Solo se siente la magia cuando abandonas tu posición, y te centras en la otra persona. Porque la felicidad, cuando es compartida, es verdaderamente mágica. Solo se siente la magia cada día de tu vida, como dice una buena amiga, cuando en tu día a día en vez de «dar clase, directamente te das»; te das con el corazón abierto, sacando lo mejor que tienes.

Dice Álex Rovira, de manera muy acertada, que «cuando logramos aceptarnos como somos y decidimos mostrarnos, todo empieza a funcionar. Y que no te quepa duda: la idea que tenemos de nosotros mismos acostumbra a ser más pobre de lo que realmente somos. Porque esa parte de ti que está esperando que le des el poder de dirigir tu vida, consciente, voluntaria, y adultamente… es la suma de tu consciente e inconsciente apuntando en una misma dirección y sentido. Y esa es la energía más poderosa del mundo. Porque de ella emana la creatividad y la capacidad de transformar la realidad…Ésa es la verdadera magia.» 

Se tiende a creer que por estar en otro trabajo, en otro lugar viviendo, con otra compañía; con una vida plagada de novedades cada día, seremos más felices, que no perderemos nunca la ilusión. Pero no terminamos de aprender que la ilusión no viene por algo de fuera; la ilusión es un acto de firme voluntad que mantenemos nosotros, si queremos, cada día de nuestra vida. Ilusión es lo equivalente a la vela que podemos encender. ¿Cómo logramos mantenerla encendida? Depende de la importancia que le demos; porque si realmente nos importa, haremos lo imposible para mantenerla viva, reluciendo, brillando, dando luz. Pues lo mismo sucede con nuestra ilusión, la que llevamos en nuestro corazón.

¿Cómo la mantenemos viva?¿Cómo logramos que aparezca la magia? Mirando y sintiendo como un momento único cada instante que vivimos; besando y abrazando a las personas que queremos realmente. Regalando una sonrisa a aquellos con quienes nos cruzamos en nuestro lugar de trabajo; dejando un espacio y tiempo para un Qué tal, Cómo estás; disfrutando de nuestro trabajo porque disfrutar es atender a lo que tenemos delante, no limitarnos nunca simplemente a existir. Nunca existas; vive, y vive feliz, con ilusión. Porque además, el tiempo es algo que pasa demasiado rápido, y cuanto mejor estamos, cuánto más felices estamos, más rápido va; y ése es tiempo que no vuelve.

La mayor tarea que deberíamos plantearnos cada día de nuestra vida, el objetivo número uno cuando nos levantamos de la cama, debería ser volver a esa cama agotado, exhausto, sin fuerzas, por haber aprovechado al máximo cada día que vivimos, cada día que se nos presenta por delante. No es cuestión de vivir en la playa, o en la montaña; porque cuando la ilusión desaparece, un lugar y otro te parecen horribles. No nos mueven los lugares, nos mueven las ilusiones, los sentimientos que nos despiertan las personas que caminan a nuestro lado, y creo honestamente, que el simple hecho de vivir todo eso merece ser razón suficiente para mantener viva la llama de la ilusión, luciendo y brillando con tanta fuerza como sea posible, cada día de nuestra vida.

Que tengan una muy buena semana, un fuerte abrazo, y nunca pierdan la ilusión por vivir cada día de su vida como merece ser vivido.

«Es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe. Sólo así podréis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca.» (Elisabeth Kübler-Ross)
«Vivimos en un tiempo en el que se pretende que el rosal crezca rápidamente tirando de sus hojas… La felicidad es inversamente proporcional a la aceleración.» (Raimon Panikkar)
«El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja. El problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos complejos.» (Fernando Savater)
«Los seres humanos lo tienen todo, pero carecen de sí mismo.» (Erich Fromm)
«El amor es la única cosa que crece cuando se reparte.» (Antoine de Saint-Éxupery) 
«..no puedes, en definitiva, emitir luz a los demás cuando no tienes ni para ti.» (Alex Rovira) 
«Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu: cuando conozcamos todos esos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: no, ganaremos esas alturas sólo para seguir adelante.» (Walt Whitman)

snoopy2

 

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