»-. Lo siento Pablo, esto no ha salido como esperábamos. En unas semanas expulsarás el tornillo, porque finalmente no se ha osteointegrado como debería en el hueso auditivo, porque…(…)
A partir de ese momento desconecté, mi cuerpo estaba allí en esa sala de la Clínica Universidad de Navarra, pero mi mente…mi mente se había ido, esfumado de ese lugar. Poco importaba lo que me estaba diciendo, las causas posibles del fallo o lo que fuese, porque lo básico, lo más importante es que después de casi 10 meses, me acababan de decir que seguiría sin poder escuchar por mi lado derecho. Y allí estaba, con 16 años, triste, frustrado, con sentimiento hasta de fracaso, desolado. Todo lo que habías soñado, imaginado, de cómo escucharías de bien, de repente desaparece…hasta nueva ocasión, pero obviamente no me apetecía nada volver a meterme en breves a un quirófano. De momento, me olvido, no tengo ganas.»
Probablemente una de las mejores lecciones que me ha regalado la vida, y con este tema en concreto, es que es más importante la manera en que valoras el hecho que te sucede que el mismo hecho en sí. En esto influye mucho tu personalidad, tu carácter, tu determinación, optimismo, aunque en el primer instante te cueste encontrar el más mínimo aspecto positivo de ese acontecimiento, porque siempre va a haber momentos que nos dejen tocados anímicamente.
Pero conforme maduras, dejas que pase el tiempo para analizarlo todo de una manera más objetiva, desde otra perspectiva, y teniendo tú una actitud o predisposición a valorar de una manera diferente ese suceso, vas siendo más consciente de que quizás hay un lado positivo, un aprendizaje, una lección, que se añade a tu experiencia de la vida, y el factor decisivo de vivir este mal momento es que en algún instante fuiste valiente, tomaste una decisión, que te ha llevado no tanto a un momento de fracaso o frustración y sí más a un nuevo aprendizaje.
Aprendes que hagas lo que hagas, debes hacerlo de manera firme y convencido, con valentía para disfrutar del proceso de cambio que vas a vivir teniendo presente que cada reto nuevo puede tener el final que esperas u otro totalmente distinto, pero que ambos incrementarán tu experiencia, tu bagaje de la vida que estás viviendo, tus conocimientos, sensaciones, visión de lo que te rodea, todo se va a ver enriquecido. Tener presente que cualquier persona exitosa que conozcas se ha caído, se ha levantado, se ha vuelto caer, y así sucesivamente, durante toda su vida y lo va a seguir haciendo porque es la única manera de crecer realmente, de aprender, y ser mejor cada día.
Ya lo decían los AllBlacks en el libro Legado, »ir hacia la brecha: cuando te encuentres en el top de tu juego, cambia el juego». Asómate a lo desconocido, a lo que te cause esa vibración de emoción, porque es ese proceso de transformación, esa tormenta, es lo que te convertirá en una persona totalmente distinta. Nos tenemos que acordar de Churchill, quien decía que triunfar es ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo. O como bien dice el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, cuando la gente me cuenta que ha estado esquiando todo el día sin caerse ni una sola vez, le sugiero que cambie de montaña. E incluso en los dibujos animados, el bueno de Baloo en el Libro de la selva, de Rudyard Kipling, le decía a Mowgli: Las personas inteligentes se recuperan rápidamente de un fracaso. Pero Mowgli, aprende esto bien: las personas pocos inteligentes no se recuperan nunca de un éxito.
En mi caso particular tardé ocho años en recuperarme de aquel momento, quizás porque en esta segunda oportunidad me influyeron positivamente las personas que me trataron, enfermeras, doctor, un cúmulo de sensaciones que desembocan en la corazonada, en la intuición, de que quizás esta vez sí sea la definitiva, de que puede que esta vez sí salga bien, y decidí de ser valiente, volver a intentarlo con ilusión, con optimismo, pensando en positivo. El resultado… En una sala del Hospital de Alcorcón:
»-. Ponte el aparato Pablo, vamos a probarlo.
-. Me tiemblan las manos Doctor, a ver si soy capaz de ponérmelo bien porque no quiero estropear nada.
-. Tranquilo, es normal, tómate el tiempo que sea necesario, este momento es para disfrutarlo.
Clac, dos pitidos, aparato encendido. Se aproxima el Doctor, poniéndose a mi derecha, y me pregunta:
-. ¿Me escuchas bien Pablo?
-. Como nunca Doctor.
Y mientras tanto…era incapaz de contener mis lágrimas de alegría, de emoción.
Ciertamente es muy probable que, siendo constantes y valientes, la vida termine brindándote segundas oportunidades. Que tengáis una muy buena semana, un fuerte abrazo.
»La verdadera nobleza del ser humano no consiste en superar a sus semejantes, sino en superar su yo anterior.» (Hemingway)
»Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.» (Viktor Frankl)