Hace unos días leía estas líneas: «Solo algunos pocos dirigirán una nación; algunos más dirigirán compañías; muchos más dirigirán departamentos o grupos pequeños. Quienes no sean jefes de departamento, serán supervisores. Quienes siguen en la línea de ensamblaje, pueden hacerlo en el sindicato. Como en el caso de otras habilidades complejas, algunos comienzan con unas destrezas más desarrolladas que otros. Pero lo que hemos determinado es que las cuatro »administraciones» pueden aprenderse, desarrollarse y mejorarse. Y como los vinos finos, estas capacidades son la quintaesencia de algo más amplio: paz, productividad y, quizás, la libertad misma.»
Esto me llevaba a recordar el libro que ahora también termino de leer, sobre las 10 estrategias que Shackleton utilizó en su expedición antártica para lograr que toda su toda su tripulación volviese a tierra firme sana y salva. ¿Qué tipo de liderazgo ejerció?¿Cómo fue su comportamiento en una situación tan al límite donde está en juego, ni más ni menos, que la supervivencia? Hoy comparto con vosotros esas 10 estrategias que se dan en la figura, persona, de Sir Ernest Shackleton que son perfectamente aplicables en nuestro día a día, y que puede ayudarte a liderar de una manera más eficaz el grupo de trabajo que en estos momentos estés guiando.
-Estrategia 1: Nunca pierda de vista la última meta y concentre su energía en objetivos a corto plazo. Nuestra capacidad como líder para poner el foco de todo el grupo en un nuevo marco, y a su vez en un nuevo objetivo o meta a corto plazo realista a la vez que alcanzable es clave para el éxito en la consecución de metas. Vivimos en un mundo cambiante, volátil, que nos exige como líderes tener la capacidad de adaptarnos, y saber hacia dónde dirigimos la atención de nuestro grupo de trabajo.
-Estrategia 2: Dé ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar. Esto me recuerda a la frase de mi amigo Álvaro Merino, referente a que los jugadores te escuchan el primer día, y a partir del segundo escuchan lo que haces. Nuestra conducta diaria, nuestros pequeños gestos constantes en el tiempo, son el mensaje más potente que podemos lanzar a nuestra gente para que crean en nosotros.
-Estrategia 3: Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad. Nadie quiere a un líder pesimista, o por el contrario demasiado iluso. Hay que mantener la esperanza, la fe siempre, pero con los pies en la tierra teniendo presente que se puede producir un giro en los acontecimientos en cualquier momento. En el término medio está la virtud.
-Estrategia 4: Cuide de sí mismo: mantenga su resistencia y déjese de complejos de culpa. No por pensar demasiado, ni hacer de más somos mejores. La clave no está tanto en la cantidad como sí en la calidad de las acciones que llevamos a cabo cada día, y para que esa calidad se mantenga en un nivel óptimo hay que saber cuándo parar y tomarse un respiro. Es bueno conocerse, autogestionarse, y marcar los tiempos adecuados en cada momento.
-Estrategia 5: Refuerce constantemente el mensaje de grupo: <>. El establecimiento de una identidad compartida favorece, a su vez, la consolidación de un sentimiento de pertenencia sólido que genera un ambiente óptimo para el trabajo en equipo y facilita la comunicación entre todos los miembros del equipo. Por ello, hablar en plural, evitar el ensalzamiento de individuos concretos, y todos los mensajes que lancemos referentes al colectivo favorecerá el fortalecimiento del grupo como tal.
-Estrategia 6: Minimice las diferencias de estatus e insista en la cortesía y el respeto mutuo. Tan importante es saber que hay jugadores que marcan la diferencia en un determinado momento, como tener siempre presente que para llegar a ese momento el trabajo del resto del equipo habrá sido descomunal, imprescindible, y esencial. De modo que es bueno evitar cualquier diferencia desmesurada en lo que a estatus dentro de un grupo de trabajo se refiere, de la misma manera que propiciamos día a día una relación de respeto y educación entre todos. Es imposible que todos sean amigos, pero lo que es innegociable es el respeto y aceptación entre todos.
-Estrategia 7: Domine el conflicto. Maneje el enfado en dosis pequeñas, atraiga a los disidentes e impida luchas de poder innecesarias. El conflicto es parte intrínseca en la convivencia diaria, por ello es bueno saber cuándo debemos intervenir y cortar de raíz, porque esto a su vez permite a los miembros discutir, intercambiar opiniones, sabiendo dónde está el límite, la línea que separa lo aceptable de lo inadmisible porque puede suponer una ruptura en el funcionamiento del grupo. Pero nunca jamás giremos la cabeza, hagamos caso omiso a un conflicto porque eso sí generará un problema que puede terminar siendo irreversible.
-Estrategia 8: Encuentre algo que celebrar y algún motivo con el que reír. Las personas viven para ser felices, para disfrutar de pequeños momentos cada día de su vida y eso es algo que no debemos olvidar nunca. No es necesario grandes parafernalias, festivales, ni gastos desmesurados. Más bien tiene que ver con pequeños gestos, detalles, celebraciones en petit comité para reforzar ese vínculo afectivo. La risa es el componente más potente para incrementar el estado de ánimo de un grupo.
-Estrategia 9: Esté dispuesto a asumir el Gran Riesgo. En este apartado también me acuerdo de la sección del libro Legado, referido a los AllBlacks sobre su capacidad para ir hacia la brecha, para modificar su juego cuando se encontraban en la cima del mismo. A veces es necesario asumir riesgos por los beneficios que conlleva para todo el equipo, aunque el riesgo también sea grande. Toda decisión lleva implícita una consecuencia, por ello es bueno valorar beneficios e inconvenientes de manera constante, aunque a veces sin darnos cuenta lo más arriesgado es no arriesgarse. Somos el producto de nuestras decisiones.
-Estrategia 10: Creatividad tenaz. Nunca abandone, siempre hay otro movimiento. Paciencia y creatividad son dos factores imprescindibles cuando nos encontramos inmersos en la búsqueda de soluciones, además de saber esperar al momento oportuno porque la vida siempre te brindará nuevas oportunidades en forma de giros inesperados. Sólo hay que saber ser paciente, y mantener nuestra mente despierta para tener soluciones preparadas ante cualquier imprevisto, por disparatadas que nos puedan parecer.
Para terminar, me gustaría compartir contigo estas reflexiones:
«Al final, todo es cuestión de cómo se siente la gente. Gran parte del trabajo consiste en lograr que la gente se sienta conectada, con acceso real al liderazgo, en hacer que se sientan parte de una comunidad que defienda realmente sus intereses. Es cierto que no podemos satisfacer todas las peticiones y que no siempre lo hacemos bien. Pero sin duda es la idea (y el espíritu que hay detrás de ese enfoque.» (Barry Salzberg)
«No creo que tengamos un auténtico pesimista entre nosotros. En realidad, buena parte de nuestra alegría se debe al orden y a la rutina que ha establecido Sir E. Las tareas cotidianas y la rutina inspiran confianza, y el estado de ánimo del líder se refleja, como es natural, en todo el grupo. » (F. Worsley)
Que tengan un muy buen fin de semana, un fuerte abrazo, y no dejen nunca de liderar su vida cada día.
Os dejo por aquí la última entrevista que me realizaron, por si fuera de vuestro interés:
La victoria completa se consigue con esfuerzo
Y para quien quiera verlo: