«Mi filosofía no es motivar a los jugadores con los discursos, sino motivarlos con un buen proyecto. Así es como aprenden a ser a ser competitivos, pues la competitividad no es algo que pueda enseñarse.» (Phil Jackson)
Hace pocos días que ha echado andar el nuevo año 2018, y acorde a estas fechas es normal, cotidiano, común, ver cómo sobre todo en las redes sociales las personas se marcan nuevos retos, nuevos objetivos, con el fin de dar un giro radical a su vida. La primera pregunta que me planteo es, ¿por qué esperar a esta fecha para marcarnos objetivos? Una vez más, creo que las modas, la fuerza de las tendencias, ejerce demasiada influencia en las personas. O mejor dicho, la personalidad del ser humano cada vez es más endeble, más frágil, hasta el punto de ser una esclava sometida a la tendencia, al «trending topic». De la misma manera que la veleta se mueve, en función de hacia dónde sople el viento, pero esa reflexión la dejo para otro momento.
No veo mal que nos pongamos retos nuevos, propósitos, objetivos, que nos marquemos ciertas metas, de hecho lo veo fenomenal. Ahora bien, para que uno se ponga retos creo que primero debe conocerse y reconocerse. Es necesario hacer un ejercicio de honestidad, de saber realmente quiénes somos, en qué puntos nos encontramos, y en qué dirección nos movemos, o diciéndolo de una manera diferente, podemos realizarnos la siguiente pregunta: ¿estoy haciendo todo lo posible para conseguir lo que quiero? ¿persigo «x» objetivo porque realmente me hace feliz, o porque está de moda? ¿soy feliz ahora mismo, con todo lo que tengo?
Enlazando con lo que dice Phil Jackson en el comienzo del post, creo que es mucho más efectivo el diseño de un proyecto factible y que nos ilusione, en vez de marcarnos objetivos que pueden ser preciosos, pero quizás sean poco realistas, poco alcanzables, y que hasta ni realmente nos ilusionen de verdad. ¿Por qué son importantes estos factores? Porque cuando uno se marca objetivos debe ser consciente de que requiere ser constante, con una alta capacidad de esfuerzo, aceptación de errores y/o equivocaciones durante el camino, y tener claro que la felicidad no está en el final, en la consecución del objetivo, sino que quizás conviene más ser feliz mientras nos encaminamos hacia dicha meta.
A fin de cuentas, hay que ser humildes, honestos, en el sentido de reconocer que puede que ponga todo lo que está en mi mano, y no conseguir los objetivos que me marco. Porque siempre habrá variables, factores, que serán incontrolables, que no estén en mi mano. Por esa misma razón, lo verdaderamente importante es diseñar un proyecto lo suficientemente potente como para que me mantenga con el listón de motivación, ilusión, alegría, y felicidad lo más arriba posible cada día de mi vida. Es decir, que ese proyecto sea para ti el mejor despertador posible, que te levantes de la cama y contemples cada día como una oportunidad única para seguir mejorando en aquello que quieres conseguir.
Conseguir objetivos, metas, resultados, es realmente precioso por el momento, por poder disfrutar de ese ansiado «final feliz» como si una película de Hollywood se tratase, pero efectivamente eso mejor lo dejamos para el cine. La vida es otra historia, y aquí el final puede ser feliz o triste, por eso lo más real, lo más honesto, lo más verdadero, es saber diseñar un proyecto que te ilusione, configurar el camino que te lleve a esa meta, pero siempre recordando que la meta que un día te marcaste siempre debe ser el comienzo de un nuevo camino por recorrer.
Puede parecer una incongruencia pero no lo es, de hecho quien diga lo contrario creo que mentiría. Bajo mi punto de vista, es esencial, imprescindible, para vivir con fuerza, con ilusión, con alegría y una sonrisa en la cara, que nos marquemos constantemente metas, sueños, objetivos; pero por favor que nuestra ilusión, nuestra alegría de vivir, la sonrisa con la que hacemos brillar a otras personas, no dependa nunca de la consecución de dichos objetivos, sino más bien de saberte ganador, un auténtico «winner» por haberte atrevido, por ser valiente, por conocerte y reconocerte. Porque cuando uno se marca objetivos ambiciosos, pero alcanzables, al mismo tiempo está reconociendo que siempre, siempre, siempre, se puede mejorar, y que la mejor obra es la que está por hacer. Ese es el valor de la vida, y yo solo puedo desear que seas feliz, que te conozcas y te reconozcas, para que camines hacia tu mejor versión, esa que saca lo mejor de ti, con la que eres verdaderamente feliz.
Te mando un fuerte abrazo, y deseo que tengas una muy buena semana siendo valiente.
«En el baloncesto, como en la vida, la verdadera felicidad viene de estar presente en cada momento y no solo cuando las cosas van como quieres»(Phil Jackson)
«La victoria es dulce, pero no hace que la vida vaya a ser más fácil la próxima temporada o incluso al día siguiente.»(Phil Jackson)
«Después de todo, no estamos tan viejos como para dejar de soñar. Ni tan jóvenes como para besar a cualquier sapo. Estamos en esa edad donde uno sabe lo que quiere, lo que no quiere y con quién quiere complicarse la vida.» (Mind of Brando)
«Las cosas suceden porque crees en ellas, y creer en las cosas hace que sucedan.» (Frank Lloyd Wright)
«Nada debilita más al artista, al general, al hombre de poder, que la incesante consecución de su voluntad y su deseo: solo en el fracaso el artista conoce su verdadera relación con la obra, solo en la derrota el general advierte errores, solo en la caída en desgracia alcanza el hombre de Estado la verdadera visión de conjunto de la política. La continua riqueza ablanda, el continuo aplauso vuelve obtuso; solo la interrupción da nueva tensión y elasticidad creadora al giro en vacío. Solo la desdicha da profundidad y amplitud a la mirada que otea la realidad del mundo.» (Stefan Zweig)
(Uno de los mejores equipos, de los mejores grupos humanos, que tanto me dieron y tanto me enseñaron. Un año precioso)