«Los animales nos dan lecciones en lo que atañe a la exploración y la liberación de nuestro potencial. Proceden por ensayo y error, y consiguen realizar movimientos, tanto físicos como intelectuales, que jamás hubiéramos imaginado. Algunas serpientes, como la Chrysopelea ornata, que vive en Vietnam, ¡pueden saltar de árbol en árbol y volar una distancia que puede alcanzar los cien metros! Otras, como la mamba negra, pueden moverse a más de 30 kilómetros por hora apoyándose en hierbas altas, y la mayoría puede nadar tanto por encima como por debajo del agua. Las serpientes han encontrado todas esas posturas y todos esos estados posibles de su kinesfera por ensayo y error, algo muy característico de la naturaleza, completamente distinto de la economía humana, y que explica su durabilidad: sin miedo al futuro, sin arrepentirse del pasado.» (Idriss Aberkane)
Es sorprendente cómo los seres humanos manejamos la incertidumbre, y cuán diferente es el comportamiento de los animales en esos mismos entornos de duda, de estado dubitativo, cuando no sabes qué es lo que va a suceder no sólo mañana, sino mismamente en las próximas horas. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿qué es lo que me genera incertidumbre y por qué? ¿Queremos tenerlo todo controlado para tener mayor tranquilidad? ¿O quizás nos puede entrar ese complejo de inferioridad, si al tomar la decisión resulta que es equivocada?¿Tenemos miedo a cometer errores?
He reflexionado un poco estos días a raíz de escuchar, leer, y pensar al respecto porque me parece un tema apasionante. La primera conclusión que saco es que dudamos cuando algo no nos apasiona, cuando no sentimos el amor suficiente para dedicarnos a ello de manera plena. Puede pasar que una tarea que pensábamos que podría ser nuestro entorno, nuestro elemento, luego resulta que no es para tanto, que quizás mis expectativas eran demasiado altas. Y esto me lleva a la segunda cuestión: Si dudamos de una tarea que en teoría nos apasionaba, es que realmente no nos conocemos y estamos demasiado cerrados o con poca predisposición a que la vida nos sorprenda.
Creo que se nos pasan demasiados detalles por alto, demasiados momentos desapercibidos porque el miedo a probar, o la falsa convicción de intentarlo en otras ocasiones, nos impide ser nosotros mismos. Con esto no digo que no haya que pensar antes de tomar decisiones, más bien es una invitación a ser valientes tomando el papel de protagonista que nos corresponde, no mirar tanto si se acertará o no sino más bien disfrutar con el proceso de aprendizaje-vida en el que nos hayamos inmersos. Porque vivir es probar, es intentar, es interaccionar, es conocer, aprender, en definitiva, vivir es sentirte vivo.
Hay tres frases del comunicador Phil Waknell, que al leerlas me encantaron: 1- ¡Vaya, no lo sabía! 2- Me alegro de saberlo. 3- Tengo ganas de saber más. Cuando dejas de tratarte como un crack, o de comerte la cabeza preguntándote por esto que pasó o lo que sucederá mañana,.., cuando dejas todo eso a un lado y te pones a vivir, te dices: !Me voy a comer cada día de mi vida¡ Al final uno se da cuenta de cuánto puede llegar a cambiar la película, y realmente es el momento en el que empiezas a disfrutar de todo. Lo dijo en su momento José Luis Sampedro: Jamás podrán quitarme la capacidad de decidir, en mi hambre mando yo.
Y hablando de ese hambre, pero en otro contexto, como bien diría Idriss Aberkane, hay que dejarse llevar por el hambre y no avergonzarse por ello. Nunca tengas vergüenza de maravillarte, y no te creas jamás que un profesional es aquel que no se maravilla. Nos han obligado a ir perdiendo esa capacidad de asombro que teníamos de niños, de la misma manera que cuando éramos pequeños no teníamos vergüenza, timidez, por probar y errar, intentar y equivocarnos, daba igual porque volvíamos a intentarlo hasta que aprendíamos. Hemos perdido la valentía, la originalidad, la iniciativa, del niño que fuimos, cuando en realidad el mundo que hoy conocemos demanda personas abiertas, comunicadoras, valientes, con iniciativas, apasionadas, con ganas de vivir.
De la misma manera que el león puede perder su presa si duda un solo instante, a nosotros nos puede suceder la paradoja de que pasan oportunidades por delante de nuestras narices, mientras pensamos y pensamos sin saber que hacer cuando a veces es tan simple como vivir la vida en vez de pensarla. Las decisiones tomadas en el pasado, las experiencias vividas, han conformado poco a poco la persona que a día de hoy somos, pero desconocemos cuál será nuestra versión mejorada dentro de un mes o un año, porque nos sabemos a qué nos enfrentaremos. Por tanto, la incertidumbre está implícita al hecho de vivir, pero lo que podemos configurar es nuestra actitud ante ese futuro incierto que se nos presenta ante nosotros. Recuerda: sin miedo al futuro, sin arrepentirte del pasado.
Les mando un fuerte abrazo, y les deseo un Feliz 2018. Los vídeos están en inglés, sé que puede ser un obstáculo pero pueden poner subtítulos. Creedme, merece la pena verlos para emocionarse un poco, porque es el fiel reflejo de cuándo se ha logrado construir un equipo de verdad.
«Me intriga cada vez más una pregunta: ¿Dónde está el conocimiento, fuera o dentro de nuestra cabeza? Cada uno de nosotros asimilamos parte de los conocimientos que hay fuera. Los significados están en nuestras cabezas, pero tienen su origen en la cultura.» (Jerome Bruner)
«Vivimos siempre dentro de un bucle prodigioso en el que lo que hacemos configura la cultura que nos queda que, a su vez, nos configura a nosotros.» (Idriss Aberkane)