«Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande, escribí feliz. Me dijeron que yo no entendía la pregunta. Les dije que no entendían la vida.» (John Lenon)
Y probablemente esto es lo que a día de hoy sucede muchas veces, en muchas ocasiones, y probablemente este sea el motivo de que se genere tanto conflicto, tanta falta de respecto, tanto inconformismo, tantísima infelicidad. Nacemos, crecemos, a una velocidad a veces demasiado rápido, vertiginosa diría yo, tanto que sueles escuchar a la gente decir: «no me da la vida».
Pero es que la vida, querido lector, ni se da, ni te tiene que dar, ni te bajas de la vida ni te subes a la vida, porque la vida simplemente se vive, lo cual ya es mucho decir. Porque vivir es afrontar cada mañana de la mejor manera que puedas, con tus circunstancias, con tus inconvenientes, tus condiciones, tus puntos a favor y en contra, tus debilidades pero también con tus fortalezas (que las tienes, aunque a veces te hagan olvidar que no es así). En la vida se anda, se camina, se gatea, se va en bici, se corre, se va en coche, en tren, pero lo que está claro es que la vida es movimiento, y si no te mueves, te quedas parado. Eso sí, muévete con un objetivo firme, ponte una meta, un sueño, llámalo como quieras, pero tenlo presente.
Sucede a similar escala con la felicidad, o mejor dicho con lo que cada uno entiende por felicidad y ser feliz. Ahora bien, es triste que si tú escribes «síndrome de la falsa felicidad» en el google, todo lo relacionado sea con las redes sociales, esto como mínimo da para pensar y reflexionar un rato sobre ello. Vaya por delante que soy partícipe del uso de las tecnologías, de que debemos actualizarnos, porque nos ayuda en muchos casos a ser más eficientes. Pero soy un enamorado de las personas, de las historias de aquellos y aquellas a quienes la vida me brinda la oportunidad de escuchar, de quienes aprender y con quienes compartir momentos increíbles. No puedo, ni podré entender, esa escena entre amigos donde cada uno tiene su móvil y están todos grabando su historia para subirla al instagram. Lo siento, no me entra en mi cabecita, disculpad.
¿Por qué esa obsesión por alcanzar esa felicidad ideal? En relación con esta pregunta…¿existe la situación ideal?¿la felicidad ideal?¿el amor ideal?¿la vida ideal? Para mi, creo que no la hay, y siento sinceramente que uno es mucho más feliz sabiendo vivir primero, aceptando sus defectos, sabiendo convivir con ellos y aprendiendo para con el tiempo mejorarlos. No creo para nada en la perfección; creo en el respeto hacia todo y hacia todos, hacia la manera que tiene la persona que tengo delante de vivir, de vestir, de hablar, sin pararme a lanzar juicios de valor sin saber absolutamente nada de él o ella, y así sucesivamente con todo. El coche que consideres ideal no lo será porque quizás consuma mucho, la casa que tú crees que es la leche probablemente cuando te llegue la primera factura de la luz dejará de serlo, y así con todo querido lector; porque la realidad por mucho que se empeñen las redes sociales, es que lo ideal no existe. Lo único ideal en esta vida es el periódico granadino que lleva por nombre dicho adjetivo.
Todos los desengaños, las frustraciones, los lamentos, vienen en gran parte por buscar todo eso que consideramos como ideal, aquello que dábamos por hecho que teniéndolo seríamos felices, y sin embargo, llegado ese momento vemos que no es así. ¿Por qué se produce eso? Porque la felicidad, la verdadera no está en nada material, está en ti, dentro de ti. Todo parte de la premisa de aceptarse, quererse, cuidarse, porque no puedes querer, cuidar a nadie, si ni tan siquiera te quieres a ti mismo/a, esa es una realidad. No puedes respetar la opinión de otro, si no lo haces con la tuya propia. No aprenderás nunca a escuchar, si jamás escuchaste a la voz que sale de tu interior. Todo ello implica un acto poderoso de humildad, de conocerse y reconocerse, para a partir de ahí comenzar a saber qué es lo que quiero hacer con mi vida. Solo llegados a este punto estarás en condiciones de saber si te bajas de esta vida o te subes, o quieres ir en patinete; solamente en ese preciso instante sabrás que uno llega a ser feliz desde el momento en que sabe amarse con todo su corazón, amar a las personas que lo rodean, y amar la vida que tiene.
Les deseo una muy buena semana, y les animo a que comiencen a descubrir cuál es el siguiente paso que deben dar. Un fuerte abrazo
Este discurso, en los Premios Feroz, me encantó por todo lo que significa. Seamos auténticos, libres, y respetuosos.