Invierte en tu patrimonio

 

«El dinero lo puedes tirar contra la pared; tus hijos pueden incluso no respetarte. Por eso, el único patrimonio que tenemos de verdad somos nosotros, y rara vez invertimos en nosotros.» (Michael Robinson)

El pasado sábado era especial, porque la clase que había preparado para nuestro grupo del Máster en la especialidad de Educación Física era un concepto de clase que nunca había hecho, que jamás había llevado a cabo. Y la ilusión por ver cómo quedaba todo, por percibir si era una experiencia positiva, productiva, para los alumnos, hacía que sintiese ese hormigueo producto de la inquietud, de lo nuevo, de la exploración. Como diría Idriss Aberkane en su libro, «Nunca se persevera tanto como cuando se ama lo que hace. La pregunta ¿Cuándo fue la última vez que hice algo por primera vez? es la misma pregunta que motivó a los «hombres honestos» del Renacimiento a explorar y practicar varias disciplinas de forma paralela. De Al-Ghazali a Miguel Ángel, Giordano Bruno, Leonardo Da Vinci o Richard Francis Burton, todos ellos tenían un punto en común: la pasión por lo nuevo, también conocida como neofilia.» Y es esto mismo, lo que me movía a sentir esas sensaciones durante esa mañana.

Obviamente no voy a lanzar ningún tipo de valoración sobre la clase, eso se lo dejo a quienes fueron los protagonistas absolutos: los alumnos y alumnas. En mi caso, quiero ir un poco más allá, enfocándome en el proceso, en el cómo se llega a este punto. La organización, la idea de cómo llevar a cabo la clase, no parte solamente de mí sino que implica una serie de reuniones  profesores míos en ese mismo Master, que ahora son compañeros y amigos, preguntándoles su punto de vista, cómo podía llevar a cabo la clase, qué material emplear, cómo grabarlo, cómo asignar los roles; lo que viene siendo todo el desarrollo completo. Todo ese proceso de creación de la clase, diseño, ideas, reflexiones, lo disfruté tanto como el mismo día que tuvo lugar dicha clase, y esto me lleva a pensar en el verdadero patrimonio que tenemos a nuestros alrededor, del cual muy pocas  veces somos conscientes.

En una sociedad tan marcada por el egocentrismo, por la individualidad, por la necesidad de validación (casi llegando al punto de adulación), es más necesario que nunca ser conscientes de cuánto y cuán valioso es el patrimonio que tenemos en nosotros, y alrededor de nosotros. Patrimonio en forma de personas, de amigos, de profesionales con más experiencia que nosotros, puntos de vista diferentes que enriquecen. Como dijo en su momento Jonas Salk, «Mi actitud es siempre la de permanecer abierto, la de continuar explorando, indagando. Creo que es el modo en que las cosas funcionan en la naturaleza. Hay muchas personas de mente estrecha, rígidas, pero esa no es mi inclinación.» Ni tampoco la mía; creo que pocas experiencias me gustan más que aquellas en las que escuchando, observando, opinando, y reflexionando, crezco. Me ayuda a sentirme más vivo, más pleno, porque sigo manteniendo la capacidad de disfrutar de lo cotidiano, de lo sencillo, pero a la vez, lo esencial.

Ojalá algún día entendamos, y sobre todo lleguemos a darnos cuenta a tiempo, de cuánta riqueza tenemos a nuestros alrededor en forma de personas, amistades, familia, que se transforman en vivencias, experiencias, aprendizaje, mediante los cuales no solo nos hacen mejor a nosotros, sino que suma también a aquellas personas con quienes convivimos. Este post es una invitación a la reflexión de cuánto inviertes en tu patrimonio, recordando siempre que una vida plena está estrechamente ligada a la siguiente pregunta: ¿Para qué estoy aquí? Dar sin esperar nada a cambio, entregarte a fondo en cada tarea que haces, te reporta un sentimiento de plenitud que no se puede comprar con ninguna cantidad económica. Porque todo lo que haces, y todo lo que vives, comienza a tener un significado, y eso supera a todo lo demás.

Concluyo con unas líneas extraídas del último libro que ahora me encuentro leyendo, estudiando, y reflexionando:

«Cuando nuestra entrevista tocaba a su fin, le pregunté si pensaba que su esfuerzo era contagioso. <<Creo que cuando ves a un compañero trabajando al máximo y darlo todo (no me refiero a mí, sino a cualquiera), lo que no puedes hacer es quedarte ahí y dejar que un jugador del otro equipo te pase por delante-me respondió-. Si todo el mundo está dando el cien por cien y tú das solo el ochenta, se nota. Así que creo que eso hace que todo el mundo dé el cien por cien.» (Entrevista a Carles Puyol, para el libro Capitanes)»
 «Haz lo que tu hombría te ordena; de nadie sino de ti mismo esperes aplauso; pues el que más probablemente vive y muere es quien hace y observa sus leyes, que a sí mismas se hicieron. Cualquier otra vida es muerte en vida, un mundo donde no moran sino fantasmas, un soplo, una brisa, un sonido, una voz, un tintineo de la campana del camello.» (Richard Francis Burton)
«Poco puede aprender el que no sabe desaprender.» (Richard Francis Burton)

Que tengan una muy buena semana, y sean felices. Un fuerte abrazo.

Charla completa con Michael Robinson

El capitán Jaime Nava, en su discurso con la selección española de Rugby

Rugby España

Fuente: (EFE)

 

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