Estás justo a tiempo

Entender que no vamos tarde ni excesivamente pronto, sino que se trata de encontrar tu velocidad de vida probablemente ha sido uno de los conceptos que más he tardado en comprender primero, y poner en práctica posteriormente. No sé si es difícil o no, pero a mí me ha costado. Eso sí, una vez conseguido este paso, este objetivo, disfruto de la vida de una manera más real que no sé si es mejor o peor, lo que sí estoy seguro es que es verdadera y coherente.

Muchas veces sentimos una enorme presión por no tener la sensación de que avanzamos hacia los objetivos que nos hemos propuesto, por percibir que quizás no llega aquello que «nos merecemos» (o más bien, entendemos nosotros que nos lo merecemos). Esa presión se traduce en nervios, en estrés, en una modificación del comportamiento, cambio en nuestro estado de ánimo; en definitiva dejas de ser tú mismo, y lo que es peor, dejas de disfrutar de la vida que tienes cada día, por un pensamiento que tú mismo has creado: «no termino de tener lo que me merezco».

Pero si somos capaces de parar, de pisar el freno, y darle la vuelta a esto, la primera pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Por qué me lo merezco?¿Acaso no estoy avanzando?¿Soy la misma persona que hace 9-11 meses?¿En qué he mejorado?¿Y qué es lo que necesito mejorar? Y creo, la más importante, que viene a continuación: ¿Por qué he dejado de ser yo mismo, por qué he perdido mi esencia? Después de varias semanas, para mí creo que he encontrado la respuesta con la ayuda de todo lo que he leído: Porque durante un espacio de tiempo, he vivido en mis expectativas y no en mis realidades.

Como bien dice Mario Alonso Puig: Cuando trabajamos para actuar en base no a nuestras emociones sino a nuestras elecciones, es cuando actuamos en libertad. Por eso es de vital importancia estar plenamente convencido de la decisión que tomamos, y a continuación comenzar a vivir esa experiencia que nos otorga la elección tomada. Este cambio de pensamiento nos permite disfrutar de cada instante, de cada experiencia, en base a mis decisiones y no en base a lo que me había imaginado que sería esta experiencia. Las hipótesis no valen, solo cuenta la realidad del momento que vives y tu capacidad de adaptación al mismo. Como diría un buen amigo, «has decidido esto, perfecto. Pues a partir de ahora, dificultad-solución, cuando se presente una dificultad del tipo que sea, busca una solución

Todo este planteamiento me lleva a la idea de qué importante es tener claro los pasos que quiero dar en mi vida, pero sin ponerme plazos. Porque las acciones que haga para acercarme a esos objetivos sí puedo controlarlas, pero los plazos que voy a tardar en acometer dichos proyectos no están en mi mano. Esa es la verdadera realidad, y lo que me permite vivir cada día sin nervios, sin presiones externas, sin estrés sin sentido; todo ello me permite enfocarme en la tarea olvidándome del reloj que llevo en mi muñeca, y del calendario que tenemos en nuestro teléfono. Y como consecuencia, soy feliz porque vivo como quiero.

Hay quien pensará que es absurdo marcarse objetivos sin ponerse plazos, porque puedes estar toda una eternidad persiguiéndolos. Puede ser, no he dicho que esta sea una receta general, pero sí hay algo que tengo claro. Cuando los objetivos, tus metas, tus sueños, llámalo como quieras, son coherentes con tu ser, en ese preciso instante empiezas a estar en tu camino, y cuando estás en el camino adecuado, notas como tu vida fluye, ni rápido ni despacio, simplemente fluye al ritmo que tú necesitas para ser feliz, para disfrutar. Ahí, en ese preciso momento, encuentras tu mejor versión y es cuestión de tiempo que todo termine llegando porque lo que antes entendías como sufrimiento, como queja, ahora se torna en pasión, motivación, ilusión por ser un poquito mejor que ayer.

Les dejo varias reflexiones y vídeos que espero les resulten interesantes. Les mando un abrazo enorme, y deseo de corazón que encuentren su velocidad de vida.

«Sé que solemos pensar que la clave de todo es hacer para así tener y luego ser. Llevar a cabo algunas acciones para tener ciertas cosas que nos permitan, a su vez, ser conocidos, prestigiosos o felices. Creo que ése no es un esquema saludable y, que tal vez, podríamos invertirlo. Cuando lo primero que uno busca es el ser, el hacer es congruente con ese ser, y eso es lo que da lugar al tener. Sólo desde el ser equilibrado, auténtico, íntegro y compasivo pueden nacer acciones tan diferentes en su cualidad que acaban cristalizando en nuevas realidades. Es nuestro nivel de consciencia lo que determina nuestro nivel de ser. La consciencia ordinaria equivale al plano de lo razonable y, por eso, se hace lo que es lógico hacer y se obtiene lo que es sensato obtener. Cuando se accede al nivel de consciencia no ordinaria, se hace lo que se hace, no porque uno tenga razones, sino porque así lo elige y por eso se obtiene algo por una parte extraordinario y por otra inesperado.» (Mario Alonso Puig)
«No pasa nada, así es la vida. Alguien se graduó a los 22, pero solo consiguió trabajo a los 27. Alguien ya tenía un postgrado a los 25, pero murió a los 50. Mientras que otro se graduó a los 50 y vivió hasta los 90. Hay alguien que está todavía soltero mientras que otro que estudió la secundaria con él, ya es abuelo. Hay quienes tienen pareja y aman a otra, hay quienes se aman y no son nada. Obama se retiró a los 55 y Trump empezó a los 70. Todos en este mundo viven de acuerdo a su propio tiempo. Las personas que te rodean pueden parecer ir delante de ti y algunos parecen ir detrás de ti, pero todos están corriendo su propia carrera en su propio tiempo. No los envidies, están en su vida y tú estás en la tuya. Así que, relájate. No has llegado tarde. No has llegado temprano. Estás justo a tiempo. Vive tu tiempo sin tener referentes, solo concéntrate en tu propósito.» (Anónimo)

vestuario japón

(La foto corresponde al vestuario de Japón, tras el partido de ayer contra Bélgica en el cual perdieron 3-2 en el último minuto, después de ir ganando 2-0) En lugar de dejarlo hecho un desastre, recogieron todo, para dejarlo como estaba, poniendo en el cartel que ven: GRACIAS. Este hecho me recuerda al momento de los capitanes de los All Blacks, recogiendo su vestuario ante la atónita mirada de James Kerr, diciéndole: Nadie cuida de los All Blacks, barremos nuestro vestuario.») Una foto para la reflexión.


 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s